Considerando que la aparición de conflictos de todo tipo es el pan de cada día para la mayoría de empresas en el mercado, la mediación es una herramienta con un potencial considerable para mejorar la eficiencia y la productividad de las empresas. Se trata de un mecanismo muy interesante que permite a las empresas cubrir una necesidad básica y esencial, con independencia de su dimensión: la posibilidad de encontrar una solución rápida, rentable y eficaz a situaciones controvertidas que puedan generar un perjuicio de su actividad empresarial, tanto a nivel interno como externo.
En concreto, teniendo en consideración que muchas empresas mantienen relaciones recurrentes y de trato sucesivo en el mercado, se genera o existe un especial interés en conservar y cuidar estas relaciones para el beneficio mutuo de su actividad o de su proyecto empresarial. En este sentido, la mediación hace posible que las partes gestionen cualquier conflicto de buena fe, manteniendo su control sobre el mismo (sin delegar a un tercero la decisión sobre el resultado) a través de una comunicación empática y respetuosa que facilite el acercamiento de sus respectivas posiciones, a fin de alcanzar acuerdos mutuamente beneficiosos y suprimir las diferencias/discrepancias que puedan ocasionar un perjuicio en las actividades respectivas.
Atendiendo a la situación económica actual, las empresas actúan en el mercado con la consigna de reducir sus gastos e incrementar su eficiencia y rentabilidad. Con ello, la gestión de conflictos resulta un factor/elemento importante en el que los departamentos de las empresas (jurídico y financiero) deberían involucrarse más para mejorar la eficiencia, dando prioridad aplicativa a la mediación frente a otros procesos como el arbitral y el judicial, que en la práctica no ofrecen garantías en cuanto al resultado (ganar o perder) y llevan aparejada una considerable inversión en tiempo y dinero. Con la mediación, las empresas pueden intentar buscar un juego de suma positiva y convertir el conflicto en una oportunidad de negocio.
En definitiva, la mediación se constituye como una herramienta que facilita y mejora la comunicación entre las partes involucradas (ya sea entre empresas o entre personas trabajadoras) y hace posible un entendimiento de las respectivas posiciones y actuaciones.
De esta forma, la mediación hace posible que se abran nuevas vías alternativas de solución mutuamente satisfactorias, con creación mutua de riqueza y de valor, tanto en aspectos económicos como en los no económicos.
Así, pues, de un conflicto que por la vía judicial/arbitral acabaría en un litigio que (muy probablemente) rompería las relaciones, con la mediación surgiría una oportunidad y un resultado que, muy probablemente, situaría a ambas partes en una posición mucho más beneficiosa (en todos los sentidos) que la que resultaría de dejar la solución del conflicto a manos de un tercero ajeno a las partes.
Por todo ello, es necesario el conocimiento de este sistema, y de las ventajas que plantea, por parte de las entidades y de los operadores/agentes económicos. No cabe duda de que hay que seguir promoviendo el uso de este mecanismo para la resolución pacífica de conflictos.